18 de junio, Sábado de la XI semana del tiempo ordinario.
Conocemos a demasiada gente que vive agobiada, que si el trabajo, que si lo uno y que si lo otro resulta que su agobio se contagia. Nos contagiamos los unos a los otros en estos tempos de aceleración y cansancio permanente.
Se ve que lo del agobio no es algo propio de nuestro tiempo. La gente en tiempos de Jesús tenía que comer, tenía que buscarse la vida para vivir; y eso genera mucho agobio. La invitación del Evangelio es aprender a distinguir lo urgente de lo importante.
La agenda (quid agendum, qué tenemos que hacer) nos come. Lo urgente irrumpe con prisas en nuestra vida y nos desordena. La propuesta de hoy sería hacer algo que es importante, por ejemplo mostrar cariño a alguien, hacer la llamada que tenemos que hacer, tomar algo con un amigo, leer un libro, pasear, e incluso estar un rato a solas con Dios. Feliz sábado.