2 de febrero. Jueves de la III semana del tiempo ordinario. Presentación del Señor
La vida está llena de desconsuelos, tanto personales como colectivos. Ver un telediario es ver un rosario de calamidades que pueden encojer el corazón, demasiada gente anda enfadada con la vida,… en definitiva que necesitamos consuelo.
El horizonte de la vida de Jesús va a ser consolar al pueblo de Dios. Es algo que ya lo formulaba así el profeta Isaías y se convierte ahroa en la misión de los cristianos y de la Iglesia. La mera presencia de Jesús, aún niño, es fuente de consuelo para Simeón.
Hoy podríamos acercarnos algo más a los que necesitan de consuelo en nuestro entorno. Un consuelo que sea capaz de transmitir esperanza y algo de alegría en los días grises que se puedan vivir. Un consuelo que sin decirlo habla del consuelo de Dios. Feliz jueves.