Lecturas 18 de noviembre. Miércoles XXXIII Tiempo ordinario.
La frase del Evangelio que sirve de título al post de hoy, parece perfectamente alineada con el mundo en el que vivimos. Los ricos se hacen más ricos y los pobres son más y más pobres. Parece que la imagen que Jesús utiliza es un argumento a favor de las élites poderosas de nuestro mundo.
El Evangelio nos sitúa en la inminencia de que suceda el Reino de Dios. Es algo urgente, es algo que parece que va a suceder ya, y esa urgencia nos urge a responder de una manera definitiva sin gestión de plazos. Es el momento de ver si estamos en la lógica del Reino de Dios o en otra.
En nuestra vida diaria, parece que lo de Dios no es urgente y es algo que se dilata en el tiempo. Al dejar de ser urgente deja de ser importante, y así vivimos en una especia de eterna negociación entre el nuestro reino y el Reino de Dios. Jesús nos invita a tomar opción, a situarnos, a reconocer lo que tenemos (somos) para así ver que se convierte en un tesoro para los demás.