8 de diciembre Domingo II semana de Adviento. Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María
Hay un libro titulado Momo que habla de los hombres grises. Es la metáfora de tanta vida gris y triste que se extiende como una auténtica plaga apocalíptica. Frente al gris aparece el color como lugar de vida y lugar disruptivo como la alegría.
El ángel le dice a María alégrate. El mandato fundamental del Evangelio es la alegría. Vivirnos alegres en medio de las dificultades es señal de la presencia de Dios, una alegría que es capaz de afrontar la oscuridad y lo gris con el color de la gente de Buena Noticia.
Hoy podríamos convertirnos en ángeles de la alegría. Personas que saben mirar el lado luminoso de la vida y personas que ven la realidad en todos sus colores. Para ello necesitamos parar un poco, frotarnos los ojos y el corazón, para que juntos podamos celebrar la vida. Feliz domingo.