15 de octubre, Domingo XXVIII, tiempo ordinario
Hay épocas en las que las celebraciones quedan apagadas. Son épocas coelctivas o individuales en las que el gris es el color de la vida y nos sentimos como metidos para adentro. En cambio necesitamos de aquello que nos trae la celebración; por un lado recordar algo importante de la vida (boda, bautizo, aniversario, fiestas patronales,…) y segunda aprte el que somso comunidad con otros. Uno no celebra sólo, sino con otros.
Jesús una y otra vez nos dice que el Reino es una celebración; hoy una boda otro día un banquete. Es la alusión de que el Reino no acontece en uno sólo, sino que que el Reino es para ser vivido comunitariamente.
La vida que compartimos necesitamos celebrarla. Necesitamos de esa luz que nos traen los demás, del color de lo diferentes que somos, necesitamos de cierto exceso que nos saque de esa normalidad que iguala y que uniforma los días. Feliz domingo.
