31 de octubre, viernes de la XXX semana del tiempo ordinario.. San Alonso Rodríguez
En un mundo donde la productividad y las normas del rendimiento parecen marcar cada instante, a menudo olvidamos el valor de la compasión sencilla. Nos cuesta detenernos ante el sufrimiento ajeno cuando la agenda o el deber aprietan. Sin embargo, las heridas del otro siguen ahí, reclamando atención más allá de las reglas o los calendarios.
El Evangelio nos muestra a Jesús que, frente a las rigideces de su tiempo, elige sanar. Su gesto revela que el bien no conoce horarios ni restricciones cuando brota del amor. San Alonso Rodríguez, desde su vida humilde de portero en Mallorca, encarnó esa misma libertad interior que convierte lo cotidiano en lugar de cuidado.
Podemos aprender a mirar con más ternura lo que nos rodea, a priorizar el bien sobre la norma, la persona sobre el protocolo. Que nuestro modo de vivir rompa inercias y abra espacio a la compasión concreta. Así, quizá, descubramos que la verdadera curación comienza en nosotros mismos.
