27 de julio, Jueves XVI del tiempo ordinario
Vivimos en la guerra de la atención. Muchos hacen enormes esfuerzos para captar nuestra atención a sus pantallas, a sus mensajes, a sus anucios o modos de vida. El resultado es que nuestra atención tan demandada se siente embotada, perdida y saturada, por lo que es difícil que mantengamos la atención por algo.
Jesús llama bienaventurados a quienes se están enterando de la fiesta que está pasando en ese momento. El novio está presente, el Reino está presente y a pesar de que muchos ni lo ven ni lo oyen la invitación del Evangelio esta ahí delante.
Esto de la fe no es sólo creer o no creer. La fe requiere atención, requiere una dimensión contemplativa que en nuestro mundo productivo se ha perdido. Atender, contemplar requiere desembotar nuestros corazones para que vea y oigan de nuevo. Feliz jueves.