5 de agosto, martes, XVIII del tiempo ordinario
Vivimos tiempos en los que muchas personas se sienten sacudidas por la incertidumbre, como si el viento les empujara en contra. En medio de noticias que generan temor y decisiones difíciles, a veces todo parece tambalearse. Nos preguntamos si hay algo firme a lo que agarrarnos.
El Evangelio nos muestra que incluso en la noche más agitada, hay una presencia que se acerca. Pedro se atreve a dar un paso fuera de la seguridad de la barca, pero duda y se hunde. Y en ese instante de fragilidad, una mano tendida le sostiene.
No se trata de eliminar el miedo, sino de caminar con confianza cuando este aparece. Creamos en la posibilidad de avanzar aunque las circunstancias no sean perfectas. Demos pasos valientes, aun cuando tiemble el suelo bajo nuestros pies. Feliz martes.
