Lecturas 9 de marzo . Martes III de Cuaresma
En la vida como en la historia encontramos demasiadas heridas no curadas. El conflicto surge en toda convivencia y parte de nuestra vida consiste en ir ajustándonos para vivir con cierta paz. Para ello es fundamental la reconciliación.
Jesús nos pone la continua reconciliación como horizonte. Quien ama perdona, y el foco de esta dinámica reconciliadora nace de los procesos de amor, primero de Dios a nosotros y después entre nosotros. El Evangelio no se entiende si no se entiende la reconciliación.
Nos cuesta perdonar porque nos cuesta salir de nuestro enfoque de ofendidos. En castellano decimos perdonavidas, a alguien que tiene aires de superioridad; y que educadamente a veces también tomamos nosotros. Para perdonar ayuda mucho ser humildes para poder amar como Dios nos ama.