14 de marzo Jueves IV de Cuaresma
Nuestra cultura nos invita a un escepticismo tal que cada vez creemos menos a nadie. Nos cuesta encontrar testimonios fidedignos de algo que merezca la pena en plena vorágine de ruido y de mentiras.
Este pasaje del Evangelio según San Juan nos invita a una profunda reflexión sobre la autenticidad y el testimonio de fe. Jesús, en su diálogo con los judíos, resalta la importancia de reconocer la verdad que trasciende el testimonio humano.
Hoy podríamos caer en la cuenta sobre la importancia de la coherencia entre la fe que decimos y la vida. La verdadera fe no se trata simplemente de aceptar doctrinas o seguir tradiciones, sino de una relación viva con Dios, que debe reflejarse en cómo vivimos y cómo nos relacionamos con los demás.