10 de julio, jueves de la XIV semana del tiempo ordinario
En tiempos de tanta acumulación, valoramos cada vez más lo sencillo: una conversación sin filtros, una ayuda desinteresada, un gesto amable sin esperar nada a cambio. En medio de tanto ruido, los vínculos verdaderos siguen siendo los más frágiles y los más necesarios. Hay palabras que solo calan cuando brotan del corazón y no del interés.
El texto propone un modo de estar en el mundo: con las manos abiertas y los pies ligeros. Sin cargar con lo innecesario, sin pretensiones, sin blindarse contra el rechazo. El mensaje central es claro: hemos recibido gratis lo más valioso, y por eso, también hemos de ofrecerlo así.
Hoy podríamos revisar qué llevamos con nosotros y qué dejamos a nuestro paso. Renunciemos a lo que nos sobra y cuidemos lo que de verdad importa. Hagamos del camino compartido una oportunidad de paz, generosidad y gratuidad. Feliz jueves.
