11 de octubre, Martes XXVIII del tiempo ordinario
En vida normal solemos distinguir con relativa facilidad entre dentro y fuera, interioridad y exterioridad que a veces se oponen el uno al otro. El asunto es que no son esferas tan distintas, sino que mi interior está íntimamente relacionado con mi exterior.
Jesús, frente a la muralla que la religión oficial de su tiempo imponía en el exterior de la persona y los rituales, propone la construcción del hogar interior. Se trata de un hogar en donde se cocina lo mejor del ser humano y donde se da una genuina relación con Dios.
Una idea para hoy sería pasearnos por esa orilla que une el interior y el exterior de mi vida. Sería un paseo para agradecer ambas y también para que cada vez sean más armónicas. La idea es que tengamos una vida, en vez de una vida interior y otra vida exterior. Feliz martes.