Lecturas 7 de agosto. Viernes XVII semana tiempo ordinario.
En esta sociedad hay algo así como una obligación que es tener éxito. El éxito ha de ser personal, colectivo y de las propias instituciones, y lo tenemos muy metido en los huesos. El problema es que muchas veces llamamos éxito a lo que realmente no lo es.
Jesús nos sitúa en un nuevo paradigma de juego, donde perder es ganar y ganar es perder. En este galimatías el asunto es que la lógica de Dios es muy distinta la nuestra y una y otra vez nos vemos tratando de volver a lo nuestro en lugar de ir a jugar a lo de Dios.
Ignacio en París le hizo la misma pregunta a Javier,¿ de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero? Javier estaba llamado al éxito del mundo, pero resultó que su éxito fue muy distinto, fue perder la vida en la misión para ganar unos caminos absolutamente nuevos para la Iglesia. ¿A qué jugamos hoy, a ganar o a perder?