Lecturas 1 de diciembre. Martes I de Adviento
Lo que nuestros ojos ven es algo que pueden hacernos dichosos. Cerquita, a nuestro lado tenemos ocasión de ver destellos del Reino a los cuales no solemos hacer especial caso. Para algunos será el amanecer, para otros el café de la mañana, para otros la energía coral de la prole y para otros un tranquilo silencio. Son rutinas, son cosas que están ahí y damos por su puesto.
Jesús habla de los sencillos en contraposición a los supuestos sabios. El auténtico sabor (sabiduría de la vida) se da en la misma vida que se vive y que se experimenta. En la sencillez de aquello que no tiene que venderse y que se explica por sí mismo.
Hoy es un día de dicha por ver a los compañeros en el trabajo, un día de dicha por ver los que se curan, un día de dicha de ver estudiantes en la Uni, un día de dicha por ver al Señor con nosotros. El ángel, como a María, nos dice a cada uno alégrate llena de gracia.