18 de septiembre. Domingo de la XXV semana del tiempo ordinario
Con la expresión estar en el candelero nos solemos referir a esas cosas que están a la vista, que son parte de la conversación pública. Con las redes sociales este candelero se ha hecho mucho más grande y hay mucha gente cuyo trabajo es estar en el candelero. El asunto sería qué calidad de conversación pública tenemos.
En el Evangelio se nos recuerda que al final todo se sabe y que la misma vida se enacarga de juzgarla, dándonos y quitándonos. Es la invitación a vivir en radical libertad.
Nuestro mundo nos ofrece muchas conversaciones públicas. ¿En cuáles participamos? ¿En qué medida hacemos que la conversación del candelero sea más humanizada? ¿En qué medida participamos de la superficialización de lo que es el ser humano que lo hace menos humano? Feliz lunes.
Muy acertado y actual el comentario hoy. Cómo puedo humanizar mi conversación con la gente, para desviar la superficializacion tan fuerte que nos desvia de nuestras posibilidades de humanizar nuestro entorno! Eskerrik asko…