21 de marzo. IV Martes de Cuaresma
Hay veces que en la vida estamos echados esperando a algo que parece que no pueda pasar. De hecho, hacemos como los avestruces, nos escondemos en el suelo de la vida misma y toma a veces un tinte absurdo porque no tiene sentido lo que hacemos.
El enfermo lleva echado durante 38 años y la enfermedad física le ha llevado a la enfermedad vital. Jesús irrumpe en su situación absurda, le cura y se pone a andar. El Evangelio nos levanta y nos pone de nuevo en el camino de la vida.
Hoy sería cuestión de dejarnos interpelar por el Evangelio para salir de situaciones absurdas en las que nos entrampamos nosotros mismos. Esas situaciones que nos generan dolor pero en las que autojustificadamente perseveramos. Se trata de levantarnos, de dar un salto hacia la vida más plena. Feliz martes.