12 de octubre, domingo de la XXVIII semana del tiempo ordinario. Virgen del Pilar
En un tiempo en que las redes amplifican voces y opiniones sin pausa, admiramos fácilmente a quienes destacan. La sociedad multiplica elogios y etiquetas de éxito, pero a menudo se queda en la superficie, en lo visible y sonoro.
Para Jesús la verdadera dicha no está en la fama ni en la admiración, sino en escuchar y vivir desde lo esencial. Escuchar la palabra —la verdad, la justicia, el amor— y encarnarla en gestos concretos es el camino que transforma. La bendición no está en oír, sino en dejarse tocar y actuar.
Hoy se nos invita a pasar del aplauso a la coherencia. A no conformarnos con admirar lo bueno, sino a hacerlo vida en nuestras relaciones y decisiones. Que aprendamos a escuchar con el corazón y a vivir con fidelidad lo que reconocemos como verdaderamente bueno. Feliz domingo.
