26 de abril, Miércoles III de Pascua
En aquel tiempo, una reconocida persona del papel cuché, Sofia Mazagatos, popularizó eso de estar en el candelabro en lugar de candelero. Es un modo de decir que alguien está expuesto a luz pública, solo que los modos de estar en público han cambiado notablemente.
La invitación a ser sal y luz que nos lanza el Evangelio es una invitación a reconcoer nuestra capacidad de transformación en nuestro entorno. Se trata de reconocer la capacidad que todos tenemos de sabor y luz a la vida de los demás.
Hoy sería interesante reconcoer y agradecer a todas aquellas personas que nos han ayudado con su luz y con su sal en nuestras vidas. Seguro que hay personas que nos han inspirado y ayudado a crecer en la vida. Feliz miércoles.