11 de marzo. Sábado de la II semana de Cuaresma
El P. Nicolás decía que estábamos distraídos en una globalización de la supreficialidad. Estar distraídos puede ser el preludio de estar perdidos y a veces no sabemos muy bien de dónde estamos ni a dónde vamos como humanidad, y por tanto personalemnte.
El Hijo p´rodigo es el mejor modo de hablar del Padre. QUe mira al horizonte para ver si regresa el hijo, y entonces sale corriendo a abrazarlo y celebrar que de nuevo recupera a su hijo para que cada una sea quien es, el hijo vuelva a ser hijo y el padre, padre.
Hoy podríamos mirar nuestro GPS vital y chequear cómo de perdidos y despistados podemos andar. Un areferencia es el abrazo, allí donde nos acogen como somos, con nuestras heridas y fragilidades y se pueda celebrar el encuentro. Feliz sábado.