24 de febrero. Viernes después de Ceniza
Tenía un compañero jesuita que decía que la vida es una fiesta. Alguno podría entenderlo de modo irónico, pero en verdad él entendía que la vida erae una fiesta y podía ser una fiesta de boda no exenta de momentos dramáticos. Esto lo entienden y formulan mucha gente que ha pasado un susto y dicen que han vuelto a nacer.
Uno de los modos de explicar el Reino de Dios es el banquete de bodas al que se alude en el Evangelio de hoy. Las prácticas como el ayuno nos pueden acercar a Dios, pero se nos olvida que Dios ya está con nosotros.
Hoy podríamos celebrar el estar con la gente que queremos. A veecs se nos olvida, y es por ello bueno recordarlo y celebrarlo a ser posible con ellos. Celebrar la vida es un modo de recordar ese gran regalo que se nos da. Feliz viernes.