5 de febrero. Domingo de la V semana del tiempo ordinario
En tiempos de famoseo eso de estar en el candelero o como alguna dijo, estar en el candelabro es el objetivo de la vida. La verdad es que ese tipo de presencia suele ser éfimera y dura menos que una vela de Ikea, porque el objetivo es estar ahí en lugar de dar luz.
Las imágenes que nos ofrece el Evangelio son el de la sal y la luz. Sal que da sabor a aquello que acompaña y luz que alumbra en la oscuridad. El objetivo, de nuevo aquí, no ser por ser sal y luz, sino que la razón de sar sabor y dar luz está fuera de uno mismo.
Son tiempos de postureo y de cocina rápida sin sabor. Son tiempos que necesitamos tiempo para cocinar y saborear y tiempo para que las pilas se nos carguen y alumbremos a otros. Se trata de salir más allá a partir de la luz y el sabor que es el Evangelio de la vida. Feliz domingo.