Fe

24 de febrero, Lunes de la VII semana del tiempo ordinario

Vivimos en un mundo donde la incertidumbre y el miedo a lo desconocido nos paralizan. Nos encontramos con situaciones que superan nuestras fuerzas, y a menudo nos sentimos incapaces de encontrar una solución, atrapados en nuestras propias limitaciones.

Jesús nos recuerda que la fe no es solo cuestión de creencias abstractas, sino de confianza viva y activa. El padre del niño enfermo expresa la lucha que muchos vivimos: «Creo, pero ayuda mi falta de fe». Es un grito humano, sincero, que Jesús acoge y transforma.

Hoy podríamos mirar cómo estamos de fe en la vida. Es un modo de trascender, es decir de ir más allá de lo que vemos para situarnos en la vida. Puede ser estar atentos a gestos, palabras, hechos que nos hablen de un magis, de algo más que anda por ahí. Feliz lunes.

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