25 de noviembre, Viernes XXXIV del Tiempo Ordinario.
Hay veces que vamos tan deprisa ue parece que vmaos en avión. Pasan las personas, los paisajes y no somos capaces de fijarnos en ellas. Vivimos en una especia de distracción constante en la que nos distraemos incluso de nuestra propia vida y de neustro propio entorno.
Reconocer los signos del Reino de Dios es reconocer los signos de la vida. Es algo que requiere una mirada especial, pero sobre todo requiere una atención especial. Esto en ignaciano llamamos discernimiento, y es la capacidad de intuir la presencia de Dios y su Reino entre nosotros.
En pleno Black Friday, Mundial de Qatar, ruido político,… parece que hay tantas cosas que no nos fijamos ni en el árbol que tenemos cerca de casa. Hoy podría ser un día de fijarnos en lo pequeño para entender lo grande. Feliz viernes.