12 de noviembre. Martes de la XXXII semana del tiempo ordinario
En un mundo donde el reconocimiento y la validación en redes sociales se han convertido en una obsesión. Como hemos podido ver en la ayuda a Valencia había personas que en su ayuda necesitaban una recompensa inmediata, frente a aquellos que han ayudado desinteresadamente.
Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del servicio y la humildad evangélica. Cumplir con nuestro deber no es motivo de gloria extraordinaria sino parte de nuestra responsabilidad como seres humanos y, para los creyentes, como hijos de Dios.
Hoy podríamos pensar en la alegría de ser «siervos inútiles». Es la alegría que nos da la libertad frene al que dirán y la alegría de hacer lo que nos toca. Feliz martes.