17 de mayo, Martes V semana de Pascua
La palabra paz ha retomado protagonismo porque la guerra está activa. Cuando la máquina de muerte y destrucción se pone en marcha, necesitamos pararla y buscar la alternativa de la paz. Sólo que esto de la paz, como sabemos, no es algo fácil. Siempre es más fácil destruir que construir.
Jesús nos da su paz. No es una paz ñoña, ni utópica, es una paz del que ha sido crucificado injustamente, la paz del que ha sido víctima del poderío militar y el abuso de las autoridades. Desde esa oscuridad pasa a la luz y nos habla de paz, alegría y amor.
La paz empieza por uno mismo, que se acoge y se quiere en sus fragilidades. Empieza con los demás al respetar al diverso. Empieza con Dios, dejando que sea Él quien lleve su iniciativa de paz. Veamos si hoy tenemos un día pacifico y pacificador. Feliz martes.