21 de agosto. Domingo de la XXI semana del tiempo ordinario
Nuestra sociedad ha conseguido que mucha gente funcione como sujetos de autorrendimiento, que consiste en una enorme losa que pesa sobre cada uno para que rinda lo más posible. Así desde la optimización del trabajo, en convertir la vida privada como proceso de monetización o incluso enfocar las vacaciones para rendir más son signos de ello. Y lo peor es que eso se entiende como puerte estrecha.
El Evangelio nos habla de la mesa del Reino. Para participar en ella no se trata de sufrir, sino de ser humildes y no buscar ser los primeros en apariencia. Es el banquete universal en el que los invitados vienen de todo el mundo, no sólo los nuestros.
Hoy domingo propongo un humilde corte de mangas ante toda tentación de ser sujeto de autorrendimiento. Un corte de mangas a esa sociedad que me obliga a rendir más para otros y no para el Reino. Un corte de mangas que puede ser un banquete, una comida disfrutada al estilo de veraneo con una sobremesa inútil para el capital pero muy útil para el corazón. Feliz domingo.