22 de diciembre Domingo IV de Adviento
En un mundo que corre a toda velocidad, parece que cada vez tenemos menos tiempo para encontrarnos los unos con los otros. Sin embargo, seguimos necesitando de cercanía y trenura que iluminan nuestro día a día.
El Evangelio de hoy nos muestra a María, que no duda en salir de prisa hacia las montañas para acompañar a Isabel. Este encuentro, lleno de fe y alegría, es un canto a la esperanza y a la confianza en Dios. La fe de María, que cree en las promesas del Señor, nos enseña que la verdadera alegría brota de la experiencia de Dios.
Hoy estamos llamados a levantarnos y ponernos en camino, como María, hacia quienes necesitan nuestra presencia. Tal vez sea una llamada, una visita o un simple mensaje de ánimo. ¿Con quién quisiéraoms o podríamos encontrarnos hoy? Feliz domingo.