26 de agosto, martes de la XXI semana del tiempo ordinario
Vivimos en un tiempo donde la apariencia y la imagen pesan más que la autenticidad. Redes sociales, campañas publicitarias y discursos públicos nos muestran lo pulido por fuera, pero muchas veces esconden vacíos o incoherencias. Se cuida el detalle externo y se descuida lo esencial que sostiene la vida.
El texto nos recuerda que la justicia, la misericordia y la fidelidad son lo verdaderamente importante. No se trata solo de cumplir formalidades, sino de vivir con coherencia desde dentro hacia fuera.
Hoy podríamos mirar más adentro, para que lo exterior sea reflejo sincero de lo interior. Busquemos una vida íntegra, donde nuestras palabras y gestos nazcan de un interior cuidado y verdadero. Solo así podremos construir relaciones y sociedades más auténticas. Feliz martes.
