3 de diciembre Martes II semana de Adviento. San Francisco Javier
Vivimos en un mundo donde el conocimiento y la información parecen ser el mayor tesoro, pero muchas veces olvidamos que la verdadera sabiduría no se encuentra en lo complicado, sino en lo sencillo. En una sociedad llena de expertos y teorías, nos cuesta detenernos para escuchar lo que el corazón de un niño o una persona humilde puede enseñarnos.
Jesús nos invita a alegrarnos por lo que el Padre muestra a los pequeños, que saben mirar con ojos limpios y corazones abiertos. La felicidad verdadera no está en acumular saberes, sino en reconocer lo esencial: la cercanía de Dios.
Hoy podríamo detenernos algo y mirar con ojos nuevos lo que sucede alrededor. ¿Qué es lo realmente importante en medio de tanto ruido de todo ripo? Se trata de hacernos pequeños, de quitarnos de en medio para no estorbar y descentrarnos. Feliz martes.