Lecturas 18 de noviembre. Jueves . Semana XXXIII tiempo ordinario
Si uno tiene la suerte de alejarse del día a día y poder ir a un lugar tranquilo, el cuerpo le dirá lo crispados que vivimos. Tenemos los nervios a flor de piel y del mismo modo las palabras cargadas de crispación, reproche y negatividad sino son de violencia. Necesitamos paz.
Jerusalén es el símbolo de la ciudad de la paz que nunca consigue la paz. En el Evangelio, en tono apocalíptico se pone en boca de Jesús el anticipo de la destrucción de Jerusalén (año 70). Es el resultado de no haber construido la paz en clave evangélica, sino de vivir de espaldas al Reino.
En general somos gente educada y que no quiere líos; pero ¿y si hoy fuéramos amables constructores de la paz? La paz no es la ausencia de violencia, sino una cultura y un modo de convivencia. Es algo que se construye cada día y en cada corazón. Hoy podríamos estar más atentos a esto. Feliz jueves.