Lecturas 15 de octubre. Viernes XXVIII semana tiempo ordinario. Teresa de Jesús, virgen y doctora
Venimos de un tiempo de enorme ignorancia. Estamos pasando la era del COVID en el que nadie sabía nada de lo que nos pasaba ni de lo que había que hacer. La gran familia humana ha tenido que espabilarse mejor o peor, para dar un paso adelante y salir de la pandemia (que es en lo que estamos).
Conocer al Padre es el horizonte, pero no se conoce al Padre si no hay revelación previa. Uno por sí mismo no puede, y es por ello que el Padre se revela a sí mismo al Hijo, pero luego a los sencillos. Conocer al Padre es el modo de decir que la vida en Dios, que el Reino de Dios ya está presente en nosotros.
A veces vivimos como cuando estamos de régimen, sabemos qué hay que hacer pero no lo hacemos aún sabiéndolo. Solemos creer que sabiéndolo ya estamos en ello. El reto es traspasar la frontera del conocer al saber. Es aquello que pasa de la cabeza al corazón y a las manos; y el test sería responder a ¿qué hay de Dios en nuestras manos?