Lecturas 13 de octubre. Martes XXVIII tiempo ordinario
A veces me imagino qué pensaría de nosotros un extraterrestre que visitara la tierra. Se supone que viene a un planeta cuya vida más inteligente es la de los seres humanos, pero que a su vez hacen cosas poco inteligentes. En esas cosas poco inteligentes están las cuestiones claves de hoy, la emergencia climática, la desigualdad, la educación y la convivencia.
Jesús llama necio a los fariseos que se fijan en lo de fuera, mientras que lo importante también se da dentro. La experiencia de Dios no es sólo una amalgama de ritos y costumbres, sino que lo decisivo de la experiencia de Dios se da en nuestro interior.
Me temo que ser necio es algo bastante cómodo. Tomarnos en serio nuestra propia vida con los demás requiere un ejercicio que nos puede abrumar y agotar, y tal vez encontremos respuestas y preguntas que no nos gusten. A su vez también ser necio es algo que otros quieren para nosotros. Hay gente que nos quiere necia para que compremos esto o lo otro, para que votemos, para que callemos, para que pensemos de una manera. En definitiva ser necio es lo contrario de ser libre.