Lecturas 4 de noviembre. Miércoles XXXI Tiempo ordinario.
¿Qué nos impide ser discípulos de Jesús? La pregunta no está en qué requisitos debo de cumplir, sino la pregunta está en aquello que me quita libertad para ello. Hay cosas que nos enredan, a las que nos apegamos y la mayoría de veces con razones aparentemente justificadas: los deberes familiares, laborales, esto lo haré en otro momento,…
Jesús hace caer en la cuenta a los que le siguen que el camino es difícil. El discípulo se ha de liberar de las ataduras que le impiden vivir el Reino, donde destaca sobre todo el tema del dinero.
En días de desánimo social apelar a lo heroico no suele ayudar. Simplemente recordar que la cosa no depende de uno, sino que es gracia. Que vivirnos como discípulos, vivirnos desde el Reino es un regalo que recibimos de Dios con nuestra pequeña colaboración. Yo sólo no puedo, pero con vuestra ayuda y la de Dios sí.