Orar

27 de julio, domingo XVII del tiempo ordinario.

Vivimos con agendas repletas y notificaciones constantes, pero apenas encontramos espacios para escucharnos de verdad. El ruido exterior muchas veces acalla la voz interior, y nos vamos vaciando sin saber por qué. En medio de esta saturación, el silencio se vuelve un bien escaso y urgente.

Jesús no enseñó una técnica ni propuso fórmulas mágicas, sino un modo de estar, de hablar y de confiar. Orar es atrevernos a nombrar nuestras necesidades, acoger nuestras heridas y sostener nuestra esperanza. Es cultivar una relación que nos humaniza y nos devuelve el sentido.

Intentemos detener el paso y abrir en nuestra jornada un espacio para lo importante. Recuperemos el arte de orar, de respirar hondo y poner palabras a lo que vivimos. Quizá entonces aprendamos a vivir con mayor hondura, confianza y sentido Feliz domingo.

Esta entrada fue publicada en Publicaciones del blog. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.