11 de octubre, Martes XXVII, tiempo ordinario
Como mucha gente estos días asisto con horror a la locura destada en Palestina o Canaán, Sion, la Tierra de Israel, el sur de Siria, Outremer o Tierra Santa. Se trata de una historia compartida de guerras, conflictos, muerte y destrucción, donde la espiral de la violencia se agudiza.
El padre nuestro es la oración que Jesús nos enseña. En ella rezamos como hermanos al Padre porque no vivimos como buenos hermanos. Necesitamos el pan cada día, la reconciliación y la fuerza para no caer en la tentación; y por eso rezamos al Padre.
Ahora son días en que la diplomacia empleará alambicadas formulaciones, otros tomarán partido de manera maniquea por un bando, otros nos situaremos en la franja de cierta indiferencia. También podrían ser días de trabajar por la reconciliación y el perdón que viene d la justicia y de la verdad, pero me temo que eso aún queda lejos. Feliz miércoles.