13 de febrero, Jueves de la V semana del tiempo ordinario
Hay muchas veces que eso del bien y de las buenas noticias se desea que pasen desapercibidas. El hecho es que al final se ven a pesar de los profetas de calamidades y a pesar de los intereses de algunos poderosos.
La mujer pagana con una hija endemoniada era una condenada social. Tanto ella como su hija se convertían en auténticas parias destinadas a la mera supervivencia. Tal desesperación hizo que la mujer se confiara a Jesús y que en Él buscara algo que les desatara de esa condena fatal.
Ante el mundo de malas noticias necesitamos que no se oculten las buenas noticias. Necesitamos generar narrativas de que otra cosa es posible ante las cadenas fatalistas que parecen atar a mucha gente. Feliz viernes.
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