12 de julio. Martes XV tiempo ordinario
Esto de convertirse tiene consecuencias y no convertirse también. Si no nos convertirnos ante los grandes retos que tenemos como humanidad, ya sea la emergencia climática, la igualdad, la paz,… estas no mejorarán y muchos pagarán sus consecuencias.
El Evangelio es la propuesta para vivir mejor y eso requiere de lo que tradicionalmente llamamos convertirse. No es una invitación irrelevante, como puede ser el mercado de propuestas que vivimos hoy, sino que es una propuesta que abarca toda la vida.
Hoy podríamos reconocer las dificultades que ponemos para convertirnos. Se trata de detectar esos mecanismos que no nos permiten profundizar en dinámicas evangélicas con el objetivo de ser realistas. Feliz martes.