2 de agosto . Viernes de la XVII semana del tiempo ordinario
Los prejuicios determinan demasiadas cosas en nuestra vida. Es ese pensamiento que no sabemos muy bien cómo ha llegado, pero es el que en muchas ocasiones nos hace fracasar. Nos impide ir a lo nuevo y nos aleja de los distintos.
Jesús regresa a su ciudad natal, Nazaret, y comienza a enseñar en la sinagoga. Sus paisanos, aquellos que lo vieron crecer, se sorprenden ante su sabiduría y los milagros que realiza. Sin embargo, en lugar de alegrarse o sentirse orgullosos, reaccionan con escepticismo y rechazo.
En un mundo que a menudo busca lo extraordinario en lugares lejanos, este texto nos recuerda que la sabiduría y los milagros pueden estar más cerca de lo que pensamos, si tan solo tenemos la humildad y la fe para reconocerlos. Feliz viernes.