Lecturas 4 de agosto. Miércoles XVIII semana tiempo ordinario.
En un mundo que se hace descreído, parece que la fe no ocupa lugar en la sociedad, sin embargo la realidad es que sí ocupa un lugar importante en las personas. La fe inspira la vida diaria, las rutinas y las grandes decisiones de millones de personas en el mundo.
La fe de la mujer vence a Jesús mismo. Su empeño, su tenacidad, pero también su necesidad le impulsan a acercarse a Jesús con gran determinación. Es una invitación para el cristiano, acercarnos a Jesús en la vida.
Hoy os invito a celebrar la hermandad de los creyentes. Cuando nos juntamos, cuando celebramos, cuando compartimos la fe se convierte en una enorme presencia en la sociedad. Y además cuando la fe está presente en nuestras decisiones, en nuestras acciones y en nuestro corazón, la fe se convierte en grande y en creíble. Muchas gracias a todos los creyentes.