Que nada se pierda

29 de julio. Domingo de la XVII semana del tiempo ordinario

Vivimos en la sociedad del descarte. Aquello que no nos sirve aquí y ahora lo tiramos y lo descartamos. El problema es que eso no sólo se hace con los alimentos y otras cosas, sino que también lo hacemos con las personas.

En el milafro de los panes y de los peces Jesús nos muestra los rasgos del Reino. Nunca falta y hay abundancia de lo que se necesita, pero también que nada se pierda. El Reino sueña para cada uno y por cada uno sin descartar a nadie.

Estamos ante el reto de un cambio casi cultural. No dejar a nada ni a nadie atrás en el camino: que nadie se pierda. Ello nos anima a cambiar nuestor modo de mirar a la gente y anosotros mismos, de modo que como Jesús nos podamos fiar de las propeustas de Dios. Feliz domingo.

Esta entrada fue publicada en Publicaciones del blog. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.