8 de abril, Martes de la V semana de Cuaresma
Vivimos tiempos en que constantemente nos reclaman atención y todos quieren tener la razón, por lo que es fácil perderse en ese marasmo de verdades a medias y promesas vacías. Vivimos en la paradoja de estar siempre conectados, pero profundamente desconectados de lo esencial.
Jesús no habla desde la arrogancia, sino desde una certeza que nace del amor del Padre. De esa certeza nace su identidad vinculada al Padre, y en ella reconocemos el sentido de su entrega. Cuando lo contemplemos en la cruz, descubriremos quién es y quiénes somos nosotros.
En los tiempos complicados es cuando nos hace falta más claridad para acertar. Cuando todo se pone patas arriba, necesitamos descubrir lo esencial en mitad de nuestras agitaciones de cada día. Feliz martes.
