Lecturas 31 de mayo, Domingo de Pentecostés
Pentecostés es el hito de la salida de una crisis. Los discípulos de estar encerrados y llenos de miedo, llenos del Espíritu se transforman y salen de sus refugios para ir al encuentro del mundo. Han vivido la muerte de Jesús, han vivido la posterior crisis de qué hacer con sus vidas, y ahora reciben la misión de sus vidas.
Nosotros estamos en un tiempo de crisis, tras unos meses durísimos que jamás nos hubiéramos imaginado que tuviéramos que pasar. Ahora, entre fases y otras medidas, es tiempo de mirar adelante. Es tiempo de aprender, de una sabiduría especial de la vida, para aplicarla al futuro que encaramos.
Nos toca curar heridas, las del cuerpo, las del espíritu, pero también las muchas heridas sociales que teníamos y que ahora se han agudizado. El Espíritu nos trae su sabiduría, nos trae la reconciliación, y nos trae la capacidad de vivirnos en diversidad. El Espíritu es un regalo que recibimos, como la vida misma, pero como don también es tarea cuidar la vida en el Espíritu. Ojalá nos ayudemos los unos con los otros a cuidarnos desde el Espíritu de vida.