30 de julio. Sábado XVII tiempo ordinario
El cántico de Jeremías (Jr 14, 17-21) describe una situación que se ajusta a la humanidad donde aparecen muertos a espada y desfallecidos de hambre. Esta máquina de triturar que a veces somos, genera víctimas y más víctimas, que sólo nos cabe recoger sus cadáveres y llevar una macabra contabilidad.
Juan es el ejemplo de este tipo de víctimas. Le cortan la cabeza por frivolidad por un lado pero por otro por la denuncia que hacía del mal obrar del propio Herodes. Jesús a partir de este momento tomará mayo relevancia pública y anunciará un Reino distinto al del homicida Herodes.
Hoy podemos dar gracias de que nuestro entorno es relativamente seguro y que nuestras vidas son mayormente buenas. Igual no es por nuestros méritos, pero si desde la buena vida podemos agradecer la suerte que tenemos. Feliz sábado.