31 de mayo. Viernes de la VIII semana del tiempo ordinario Visitación de la bienaventurada Virgen María
Cuando la vida nos sonríe lo celebramos saltando de alegría, y sólo hay que ver lo que pasa en un estadio de fútbol cuando el equipo propio mete gol. Lo humano es saltar de alegría, es mostrar que vida podemos alegrarnos de la misma vida.
El salto de alegría de Juan, todavía en el vientre de Isabel es un momento lleno de significado. Representa la conexión entre María y Jesús, la alegría que trae la presencia de Dios . Es un recordatorio de que Dios está presente incluso antes de que veamos los frutos de su obra en nuestras vidas.
Tal vez nos pueda dar corte, pero y si saltáramos de alegría hoy en un momento del día. Así, tal vez a escondidas, probar a saltar dando y levantar los brazos en señal de la alegría que supone vivir y poder compartirlo. Feliz viernes.