En la infotoxicación que nos invade la crispación y la polarización salen reforzadas. En ese ambiente se nos olvida eso de ser amables. En nuestras distintas interacciones nuestras palabras se convierten en gruñidos monosílabos, gestos de indiferencia o enfado, y ciertamente nos olvidamos de dar gracias.
Jesús empieza dando gracias al Padre. Se vive desde el Padre a quien agradece todo acontecimiento, y ciertamente agradece la gente y especialmente la gente sencilla. Vivirse agradecido es lo que permite ser ayuda para otros y en este caso, sirve para descanso y refugio para los que están agobiados.
Hoy en vez de gruñir y fomentar el enfado general podríamos ir contracorriente. Podríamos sonreír, ser atentos y amables con la gente que nos rodea, decirles que son importantes para nosotros; pero sobre todo, dar gracias por todos ellos.
![](https://scontent-mad1-1.cdninstagram.com/v/t51.2885-15/sh0.08/e35/s640x640/121606732_163350782091554_2474165674491735774_n.jpg?_nc_ht=scontent-mad1-1.cdninstagram.com&_nc_cat=1&_nc_ohc=84nMpn0K1uwAX_d72TX&_nc_tp=24&oh=e6dd3d567ee7dfea5c6f9632054551c3&oe=5FAFBEC5)