Lecturas 13 de septiembre. Domingo XXIV tiempo ordinario
Da la impresión de que cada vez somos más impacientes. Queremos todo ya. Eso a veces puede funcionar, pero normalmente en la vida las cosas llevan su tiempo, llevan su proceso, y me temo que no nos gusta esperar al pan, a que el dolor desaparezca, o que mi compra llegue en pocas horas a mi casa.
Hoy Jesús nos habla del perdón. Nos cuesta perdonar una vez, y nos cuesta siete veces más perdonar siete veces. Es el horizonte del Evangelio, el de la vida reconciliada en la que no se niega ni el mal ni la ofensa, sino que se recompone mediante el regalo del perdón en otra clave de relación.
Los caminos de reconciliación son largos y costosos, por lo que requieren mucha paciencia. Son procesos en los que en general nunca va todo perfecto, sino al contrario se trata de ir superando dificultades constantemente. Pidamos al Señor que nos dé paciencia, primero con nosotros mismos y a la vez con nuestros prójimos, seguro que es mejor para todos.