26 de febrero. Domingo I de Cuaresma
Con el paso de los días vivmos también el paso de lo que llamamos tentaciones. Son ocasiones donde podemos elegir caminos más o menos favorables para nuestra vida y por tatno son ocasiones de libertad.
Los evangelistas sitúan a Jesús en el desierto como lugar de purificación de su misión. Aparecen las tentacioens de todos, tentación de bienes, de poder y de honor. En ellos se juega siempre la misión personal y la misión de la Iglesia.
No es fácil ser libres, es un ejercicio de lucidez y a la vez de fortaleza, en la que el discernimiento nos ayuda. Estar atentos, ser lúcidos con lo que nos pasa a cada uno y lo que pasa en nuestro tiempo es un modo que nos puede ayudar en nuestras distitnas tentaciones, pero sobre todo podemos decir como en el Padre Nuestro: no nos dejes caer en la tentación. Feliz domingo.