Lecturas 26 de julio. Domingo XVII tiempo ordinario.
Los tesoros que se nos ponen delante de los ojos, luego resulta que no son tales. El dinero, la fama, la imagen, el prestigio, el poder y otros del estilo se nos muestran como tesoros a conquistar, pero luego nos arruinan la vida propia y la vida común.
Jesús hoy nos dice que el Reino es como un tesoro escondido. Vivir el Reino es el mapa del tesoro. El servicio, el amor, la alegría son coordenadas que nos sitúan en ese mapa del tesoro en el cual descubrimos que el horizonte del tesoro, no es el propio sino el de todos.
Hoy se nos invita a que busquemos dentro de nosotros ese tesoro que llevamos aunque sea en vasijas de barro. Ese tesoro que somos para los demás, esos dones que tenemos y que podemos poner al servicio de toda la comunidad para hacer de este mundo algo mejor. Se nos invita a que abramos nuestro corazón, a quitar los miedos a descubrir cuál es ese tesoro que somos.