24 de julio. Miércoles de la XVI semana del tiempo ordinario.
Adolfo Nicolás nos decía que vivimos distraídos. En la sociedad de la distracción en la que todo el mundo demanda nuestra atención se hace muy dificil cultivar nuestra vida interior, una vida que choca contra la prisa, el ajetreo y la superficialidad.
La parábola del sembrador es una llamada a cultivar nuestra vida como tierra buena. La palabra no entra automáticamente, sino que encesita de un contexto, necesita de una tierra para que fructifique.
En este tiempo de mucha dispersión podríamos disponernos a centrarnos un poco más en la vida. Se trata de prepar, de cuidar que nuestra vida sea capaz de acoger la propuesta del Evangelio y se nos despiste lo que realmente es buena noticia. Feliz miércoles.