1 de agosto, martes XVII semana tiempo ordinario.
En general, cuando vivimos más o menos bien, nos cuesta dar pasos en los que se implique uno del todo. Siempre ponemos una especie de red de seguridad que minimice riesgos. Pero es curioso como esta sociedad también impulsa a mucha gente a dejar todo un modo de vida y salir en la aventura de algo distinto.
El Reino es el horizonte de vida expresado como un tesoro. Es aquello que surge como horizonte y nos hace cambiar tanto que entramos en dinámicas de totalidad. Merece apostar todo por ello, al modo de Jesús y al modo de Dios.
Mirar el todo con el algo es un contraste interesante. Podríamos descubrir hoy cuáles son esas redes de seguridad a las me agarro para no terminar apostando todo mi ser. Tal vez ya lo hemos experimentado y tal vez sea ocasión de agradecer por esa vez que lo aposté todo por el amor, por el Reino. Feliz martes.